¿Escuchar tu intuición o la voz del ego?
La intuición forma parte de nuestras vidas, aunque a veces la confundamos con la fantasía, es una realidad.
El cerebro procesa las imágenes y percepciones sensoriales de manera consciente e inconsciente. Nos encontramos acumulando constantemente información, más aun desde la llegada y uso masivo de la internet, sobre estimulando nuestros sentidos y afectando nuestras emociones y sensaciones, nuestra memoria a corto y largo plazo. Como resultado de esto, ocurre una serie de fenómenos que en muchos casos no logramos descifrar ni explicar de manera lógica.
Esta acumulación de información es tal, que no somos capaces de dimensionar o interpretarla del todo. Por lo tanto, ser cada vez más conscientes del momento presente, de nuestros pensamientos y hábitos resulta ser un tremendo desafío diario.
La amígdala, el centro emocional del cerebro, reacciona a imágenes que vemos durante 33 milésimas de segundos, un tiempo demasiado corto como para que nuestra mente pueda registrar la gran cantidad de información que se encuentra en nuestro entorno. Por esta razón, es que no estamos acostumbrados a usar nuestra percepción visual inconsciente.
«Nos definimos a nosotros mismos e interpretamos a nuestro entorno solo por piezas de un rompecabezas infinito».
La intuición suele manifestarse con emociones y sensaciones físicas. Y nuestro sistema operativo cerebral no esta exento de presentar fallas dentro de su rango de percepción. Funciona de esta manera porque para sobrevivir, nuestro cerebro, necesita de utilizar múltiples atajos para ahorrar energía que es vital para nuestra supervivencia. Además, los centros emocionales del cerebro y los nervios alrededor de nuestro estómago (nuestro segundo cerebro) lleva mas tiempo evolucionando que el mismo lenguaje.
Para entrenar nuestros pensamientos intuitivos y tomar mejores decisiones, necesitamos realizarnos preguntas y responderlas con honestidad. Conocernos, cuestionarnos nuestras creencias y adquirir nuevos conocimientos nos permitirán ampliar nuestras opciones.
Intuición vs. Instinto
Antes de continuar, debemos hacer una distinción para entender con claridad que la intuición NO ES lo mismo que el instinto, aunque suele confundirse. Para poder diferenciar ambos conceptos podemos definirlos como:
Instinto: es la conducta orientada a permitirnos sobrevivir. Es un impulso que tiene el propósito de realizar alguna acción compleja.
Intuición: es más bien una sensación, un sentimiento que nos da cuenta de una voz interna que nos ayuda a tomar mejores decisiones.
«Nos definimos a nosotros mismos e interpretamos a nuestro entorno solo por piezas de un rompecabezas infinito».
EJERCICIOS PARA ENTRENAR LA INTUICIÓN:
Para desarrollar la intuición, lo primero es identificar esa sensación y afianzar la certeza de que la estamos experimentando.
La intención nos impulsa a superar los obstáculos, a anticipar los resultados de una decisión y nos da claridad o una solución sin saber porqué. Ser intuitivos nos dará éxito en todas las áreas de nuestra vida gracias a esta guía automática para resolver los problemas.
Con estos ejercicios podrás mejorar tu sentido de la intuición para obtener mejores resultados en tu día a día:
Se observador(a): observa siempre todo a tu alrededor, siempre están sucediendo cosas. Observa la naturaleza y su sabiduría, en ella está la llave a una mayor conexión.
Se empático(a): la empatía es la cualidad para ponernos en el lugar de la otra persona, entendiendo y solidarizando con ella. Nos permite interpretar correctamente las emociones y sentimientos ajenos. Omitiendo el juicio, pregúntales si es correcto lo que piensas sobre ellos.
Piensa en positivo: tener calma interior a diferencia de los sentimientos negativos, nos dará una mayor claridad interior. Las afirmaciones positivas y su repetición constante nos dará un enfoque dirigido hacia lo positivo. Llevar el control de manera consciente nos dará una mejor perspectiva de las situaciones.
Lectura «estilo» Zener: siéntate en una mesa con 3 tarjetas en blanco. Piensa en una situación que quieras resolver y escribe en cada una de ellas las posibles soluciones. Mézclalas y colócalas boca abajo, pon tu mano por encima cerca a cada una de ellas.
Visualización del Semáforo: imagina un semáforo de 2 colores donde el color rojo es un NO y el color verde es un SI. Hazte preguntas que tenga por respuesta solo estas opciones. Ponte a prueba con afirmaciones verdaderas y falsas, y podrás identificar cual es el color que se activa cada vez que debas responder a tus dudas.
Reflexionar gracias a tus sueños: antes de ir a dormir, reflexiona sobre las situaciones que te hagan dudar y piensa en las posibles soluciones para activar tu imaginación y dejar que tu cerebro genere aportaciones de manera creativa mientras duermes. Recuerda tener tu diario de los sueños donde puedas anotar con el máximo de detalle lo que recuerdes y para esto, los primero minutos al despertar son clave para recordar y pensar con claridad.
Anota todo: escribe todo lo que pasa por tu mente sin cuestionar su origen, aunque no parezcan importantes, puede haber un mensaje que no hayas considerado anteriormente.
Utiliza símbolos: los símbolos son el lenguaje de nuestro inconsciente y la intuición es la función que parece comprenderlos.
Medita: integra la meditación en tu rutina diaria, ya que es necesario para desarrollar la intuición y nos ayudara a preparar la mente para la información que estaremos recibiendo durante el día. Al meditar activaremos cada uno de los poderes ocultos que llevamos dentro.
Escúchate: despeja tus pensamientos utilizando una meditación. Hazte una pregunta que requiera de una orientación y espera a que llegue esa respuesta, lo primero que se te venga en mente no lo deseches. Puede llegar en forma de pensamientos, palabras o sentimientos. Anota todo o grábate diciendo lo que se te va viniendo en la cabeza y la sensación que eso te produce. Practícalo a diario y sin apuros, encontrar tu propio ritmo es esencial para continuar desarrollándola de manera efectiva.
La intuición viene de nuestra fuente de sabiduría que tiene todas las respuestas, por eso es importante que confíes en ti y creas también en esas señales. Jamás dudes de tu intuición.
Para desarrollar la intuición, lo primero es identificar esa sensación y afianzar la certeza de que la estamos experimentando.